miércoles, 30 de enero de 2013

El parque del Retiro. Un lugar para perderse y para encontrarse


Parque del Retiro
El retiro un lugar para perderse y para encontrarse. 
Articulo para la revista En Ruta por Julio Fernández Marta y Juan Manuel Baena


En Madrid hay un lugar para perderse y para encontrarse. Un lugar donde la ciudad cambia su frenético ritmo, donde el gris Madrid deja sitio a los ocres y rojos del otoño o el verde de la primavera, donde el ruido de los coches lo tapa el sonido de los pájaros o las risas de los niños jugando, Donde el traje y la corbata se cambia por el chándal, los patines o la bicicleta.

Y lo mejor es que en el retiro entran todos los habitantes de esa inmensa ciudad que es Madrid y todos los que se acercan a nuestra ciudad.








Allí cada uno encuentra su retiro…

el que quiere pasear o el que quiere correr,

el que quiere pintar o el que espera un compañero para una partida de ajedrez,


el que quiere mostrar sus habilidades o el que quiere disfrutar de una divertida actuación callejera


el que busca un lugar tranquilo donde leer o el 
que quiere ver arte



el que quiere disfrutar de la naturaleza o el que quiere contemplar sus maravillosos palacios, monumentos o fuentes,



el que quiere jugar un partido de futbol, volley o hockey, o el que quiere descansar después de un día de trabajo,


el que busca la relajación del yoga o el tai chi o el que quiere escuchar un concierto improvisado de rock,



el que se tumba al sol en un jardín o el que prefiere dar un paseo en barca.






También está el retiro para los que como nosotros, nos gusta quedarnos con todas esas imágenes, con todos esos retiros en forma de fotografías.





Si eres de Madrid no dejes de venir, ya sabes que en este parque tienes un sitio, y si vienes a visitarnos no dejes de pasarte por el retiro, porque también hay un retiro para ti.







De Parque del Retiro



Un poco de historia

El parque del Retiro fue en su día el jardín del Palacio del Buen Retiro. El palacio construido por Felipe IV se situaba en los altos del paseo de Prado de San Jerónimo, en el extremo opuesto al palacio real y estaba concebido como sitio de recreo donde albergar las fabulosas fiestas cortesanas y poder mostrar a la corte y al mundo las fabulosas colecciones artísticas y la riqueza y el poder de la casa de los Austrias.

Cuando se construyó el palacio se hizo en un lugar conocido como “el cuarto”,  unos aposentos reales anexos al Monasterio de los Jerónimos que utilizaba Felipe II como lugar de retiro espiritual y de recogimiento, de ahí el nombre del Buen Retiro con el que se conocía el sitio y posteriormente el palacio y sus jardines.

Los jardines fueron creándose a la vez que se construía el palacio, albergando fuentes, paseos, estanques, canales, huertas e incluso ermitas. Los distintos monarcas que fueron reinando fueron realizando cambios de acuerdo a sus gustos en el palacio del que solo se conserva el Casón del buen retiro, que fue salón de baile en su día y actualmente pertenece al Museo del Prado y el que hasta hace poco fue Museo del Ejército.

Felipe V hizo del palacio sede oficial cuando ardió el Palacio Real y Carlos III, el conocido como primer alcalde de Madrid, cerro todo el espacio del parque y permitió el acceso a los madrileños siempre que cumplieran con las normas de educación y buen vestir.
Durante la guerra de la independencia el Ejército francés utilizó el parque como emplazamiento de las tropas y el palacio como cuartel general quedando ambos destruidos como consecuencia del asedio de las tropas inglesas.

Fernando VII, reconstruyo el parque y lo abrió al pueblo de Madrid, reservándose un espacio en la zona noroeste del parque donde construyo una serie de edificios de recreo conservándose actualmente la casa del pescador, la casa del contrabandista y la montaña artificial.

Tras la revolución de 1868, el estado cede la propiedad al ayuntamiento de Madrid que transforma la ría grande en el Paseo de Coches, entonces de Carruajes. Se construyo  la casa de vacas en 1874, que era una vaquería con despacho de leche a la que se acercaban tanto el pueblo como los nobles a degustar un vaso de leche recién ordeñada.

El parque cuenta con una serie de fuentes de gran valor artístico como la de Los Galápagos de 1832 creada para conmemorar el nacimiento de la reina Isabel II, la de La Alcachofa de Ventura Rodríguez emplazada inicialmente en Atocha y trasladada en 1880 al parque, 


y la célebre del Ángel Caído de 1878, único monumento en el mundo dedicado al Lucifer y que representa el momento en que éste es expulsado del paraíso.







A destacar también dos pabellones de finales del siglo XIX, el Palacio de Velázquez creado en 1884 para albergar una exposición sobre minería y metalurgia y el Palacio de Cristal de 1887 que albergó una exposición de Filipinas.




Aunque el monumento que preside actualmente El Retiro, es el conjunto arquitectónico y escultórico dedicado a Alfonso XII, del que se puso la primera piedra el día que su hijo alcanzaba la mayoría de edad y era coronado, y que tardo en terminarse veinte años. Consta de una gran columnata que rodea la estatua ecuestre del monarca, completado con una serie de esculturas que representan la paz, la agricultura, el comercio, la industria, las artes y los ejércitos de tierra y marina.


También se puede disfrutar, al margen de la riqueza cultural, de la belleza de sus jardines como los del jardinero mayor Cecilio Rodríguez que llevan su nombre o la rosaleda, el parterre o la chopera.

Más allá de la historia de los Jardines, estos han sido tomados por los ciudadanos, paseantes, ciclistas y patinadores, de Madrid y visitantes. Frente al Monumento de Alfonso XII, se colocan todo tipo de tenderetes, titiriteros, echadores de cartas y pequeños grupos de músicos. Hacen que el paseo por los jardines sea ameno y se disfrute de sus más de 23.000 árboles y sus 118 hectáreas.