miércoles, 2 de noviembre de 2011

Fuente de Cibeles


FUENTE DE LA DIOSA CIBELES, 1782
Plaza de Cibeles s/n





Sin duda la fuente de Cibeles es uno de los monumentos más representativos de Madrid.
Durante el reinado de Carlos III en el conocido como Salón del Prado se construyeron tres fuentes dedicadas a tres dioses clásicos, Neptuno, Apolo y la diosa Cibeles, siendo esta la primera en concluirse. 

El diseño de las tres fuentes fue encargado a Ventura Rodríguez, los leones obra de Roberto Michel fueron construidos en mármol de Montesclaros y la diosa fue construida por Francisco Gutierrez con piedra de Redueña.




La fuente estuvo en un principio situada en un lado de la plaza junto al Palacio de Buenavista, frente a la actual verja que rodea el cuartel General del Ejercito, al nivel del suelo y mirando hacia donde estarían las otras dos fuentes. 

La plaza en la que estaba ubicada se llamó Plaza de Madrid, cambiándose este nombre en 1900 por el de Plaza de Castelar. Debido a que desde la instalación de la fuente la plaza era conocida por todos los madrileños como la Plaza de la Cibeles ese nombre se hizo oficial en 1941.


El proyecto se realizó entre 1777 y 1782 aunque no empezó a funcionar hasta 1792. Además de ser una fuente ornamental surtía de agua a los aguadores que la repartían por la ciudad por uno de sus caños y a los habitantes de la ciudad por otro. Para facilitar el acceso a coger el agua se colocaron dos figuras que representaba a un oso y una especie de dragón mitológico (grifo)

A finales del siglo XIX la plaza sufrió una polémica remodelación, y la fuente se desplazó al centro de la plaza, elevando el conjunto y cambiando su orientación a la que actualmente tiene, mirando a la puerta del Sol. También se cambiaron el oso y el grifo por los conocidos Amorcillos de la parte trasera construidos por los escultores Miguel Angel Trilles y Antonio Parera.


A mediados del siglo XX, la fuente fue remodelada de nuevo, momento en que se la añadieron nuevos surtidores, cascadas y la iluminación nocturna.




Cibeles es la diosa de la madre tierra, de la fertilidad, de la naturaleza, de la vida y de la muerte, es representada sobre un carro que simboliza la superioridad de la madre Naturaleza, con una corona con forma de muralla y siempre acompañada de leones.



Como curiosidad comentar que según la mitología los leones que tiran del carro de Cibeles son Atalanta y Hipómenes. La mitológica historia cuenta que el padre de  Atalanta quería únicamente hijos varones y por este motivo abandono al nacer a Atalanta en el monte Partenio. Una osa la cuidó y la amamantó, hasta que unos cazadores la encontraron y decidieron criarla.

Atalanta creció y se convirtió en una joven muy bella, ágil y diestra en el arte de la caza, por lo que decidió no casarse y mantenerse virgen para consagrarse a la diosa de la cacería, Artemisa.

Estar consagrada a Artemisa implicaba que debía mantenerse virgen, y un oráculo le predijo que si algún día se casaba iba a ser convertida en animal. Para evitar  cualquier pretendiente, anunció que sólo se casaría con aquel que lograra vencerla en una carrera, pero si era ella la que resultase vencedora el pretendiente pagaría con su vida. Aún cuando Atalanta les daba alguna ventaja al inicio de la carrera a sus oponentes, ella siempre vencía y acababa con la vida de su contrincante.

Hasta que se presentó Hipómenes que perdidamente enamorado de Atalanta había acudido a la diosa Afrodita, está le regaló unas manzanas de oro que procedían del jardín de las Hespérides. Durante la carrera cada vez que la joven se aproximaba Hipómenes dejaba caer una de las manzanas, que Atalanta se detenía a recoger fascinada por su belleza. Atalanta no pudo recuperar el tiempo que perdió recogiendo las manzanas y el joven ganó la carrera y con ello la mano de Atalanta.

La pareja muy enamorada vivió feliz durante un tiempo, compartiendo sus cacerías y hazañas. En una de estas persecuciones, los esposos entraron en uno de los santuarios de Cibeles, y enamorados como estaban se detuvieron y gozaron de su amor. Cibeles enojada por el sacrilegio y transformó a la pareja en dos leones condenándoles a estar siempre juntos tirando de su propio carro como aparecen representados en la famosa estatua que se ha convertido en uno de los símbolos de Madrid.





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